lunes, 12 de octubre de 2009


"Un payaso no es un actor... un payaso es un payaso" (Alex Navarro)

"Ser payaso no es, en ningún caso, una actividad fácil; ser payaso es haber recorrido el camino de la inocencia de ida y vuelta, es saber reír con los ojos, es hacer reír a través de la esencia del ser".

El Payaso, utilizando la máscara más pequeña que existe, es el reflejo de la verdadera persona; sin miedo al ridículo, sin miedo a lo que otros piensan.

Este personaje que nos causa tanta gracia y risa, experimenta algunos de nuestros miedos públicos: equivocarnos, caernos, hacer el ridículo, decir algo tonto, etc. Al reírnos de él, nos estamos riendo de nosotros mismos. En una suerte de desdoblamiento, nos enternecemos con "sus (nuestros) errores", sin necesidad de castigarlo o culpabilizarlo por su (nuestra) equivocación.

De esta manera, nos sanamos por identificación, por simpatía, a través del payaso.